Hace unos años, Joan Margarit nos dejaba este titular. Hablaba de poesía como lo hacía siempre, dentro y fuera de sus poemas, tal y como él era, poeta dentro y fuera de la poesía. Nos decía que la poesía, más cercana a la música que a la prosa, es una búsqueda subjetiva de la verdad, recordándonos que sentimos con el cerebro, que es donde residen el corazón y los cojones.
Poeta y arquitecto, arquitecto y poeta, veía claramente que en poesía el estilo, la forma y el fondo componen una sola cosa, idea que me ha acompañado durante todo el proceso de edición de Afectos y canciones. Margarit nos regalaba pensamientos aforísticos como: "la poesía es uno de los recursos más serios para hacer frente a la intemperie moral" o "la vida se produce en un entorno hostil del que nos defiende la cultura". Hoy más que nunca necesitamos llenar nuestra vida de poesía, hoy y siempre leamos poesía.
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De editora a escritora:
Mamen: —Decidir un nombre, un título, siempre es complicado. Quieres que suene bien, que tenga ritmo, que enganche, que sea original, que encierre en sus letras su alma … Y para un poemario como este, que descubre toda una vida, quizás aún más. Pero el título, como suele pasar, ya estaba ahí. Victoria guardaba sus versos ordenados en carpetas: y así me los enviaba, repartidos en las dos carpetas que me interesaban. Victoria: —Cuando saqué de los poemas de la «Poultry» los sonetos para el primer libro, lo que quedó eran los ‘no sonetos’ y se me ocurrió hacer una clasificación en dos carpetas: una de poemas con rima, en estrofas más musicales o definidas que llamé «Canciones» y otra con poemas en versos más libres. Al buscar para estas últimas un título que las definiera se me ocurrió «Afectos» porque esta palabra me suena bien en muchas lenguas y tiene un significado más amplio del que normalmente se conoce, de ‘cariño’. «Afecto» tiene el significado de ‘pasión’, y puede ser de muchos tipos. Después me fui dando cuenta de que en algunos afectos había música, y en algunas canciones había pasión, de modo que había que unir las dos carpetas. Así quedó «Afectos y canciones». La gestación del primer libro que edito, ha sido tan larga en tiempo y en deseo como era previsible. Encontrar casi por casualidad a Victoria Carande y saber desde el primer instante que es ella. Pasado, presente y futuro generaron el embrión. Nueve meses nutriéndome de cursos, lecturas y charlas que hacían latir día a día cada poema creando una historia, la de Afectos y canciones. Cada tilde, cada coma ocupa su lugar; la tipografía es su seña de identidad; el prólogo que le abre las puertas a un mundo desconocido y la cubierta que le permite volar, respirar.
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